Toda mi vida me dijeron que arriesgo todo a cada paso que doy, pero no es así.  Siempre tomo el camino más fácil.
Sigo a mi maestro porque creo en la lealtad y no quisiera perderlo, después de todo, lo elegí por lo que sabe pero especialmente porque es una persona de bien.
Hago lo que considero correcto porque no quisiera arriesgar mi integridad, Arriesgarme a mañana tener que agachar la cabeza no es una opción.
Enseño todo lo que sé y doy todo lo que tengo, porque no quiero que me alcance la vida y me diga que la desperdicié.  La vida me recompensó con un gran maestro, increíbles amigos y una familia única. Puedo cerrar mis ojos tranquilo.
No voy a tomar decisiones por conveniencias, aunque sean más arriesgadas las decisiones correctas.
No tengo miedo a perderlo todo, pero sí, a desviar mi camino.
Mientras haga lo correcto aunque el camino se vea sinuoso siempre será un camino recto.

 

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